Cuatro consejos para contratar servicios de traducción

¿Su empresa necesita contratar un servicio de traducción y no sabe por dónde empezar? En este artículo encontrará cuatro consejos que pueden servirle de guía a la hora de pedir que traduzcan sus documentos.

imagen de teclado y ratón de ordenador

1. Encargue la traducción de sus documentos a un profesional

Puede sonar un poco obvio, pero a menudo se dice que las personas bilingües pueden traducir documentos con una varita mágica precisamente porque son bilingües y esto no es del todo así. Es cierto que ser bilingüe es una gran ventaja para trabajar como mediador cultural e incluso como traductor, pero para traducir bien es necesario tener conocimientos específicos de técnicas y estrategias de traducción: esta puede ser la diferencia entre «este texto traducido se entiende» y «este texto traducido suena natural cuando se lee e incluso no me parece una traducción».

También es importante buscar un profesional especializado, alguien que conozca la materia. Hay traductores especializados en traducción médica, jurídica, publicitaria, literaria, audiovisual, etc; lo mejor siempre es buscar el perfil que mejor se adapte a las necesidades del proyecto y de la empresa. Si no sabe por dónde empezar a buscar, los directorios de las asociaciones profesionales de traducción como ASETRAD, APTIC o ATRAE, por poner algunos ejemplos, son el lugar adecuado para empezar a buscar.

Hay infinidad de portales de internet en los que se anuncian servicios de traducción, pero en muchos casos son generalistas, así que si quiere ir al grano o no sabe cuáles son más fiables, las páginas web de las asociaciones están a su disposición. Con respecto a las redes sociales, la que yo recomendaría es LinkedIn, ya que permite aplicar filtros de búsqueda avanzados por sector de actividad, ubicación o idiomas; el apartado de referencias de los perfiles también sirve para hacer una criba y hacernos una idea de cómo trabaja la persona cuyo perfil nos ha llamado la atención.

2. ¿Busca una traducción «buena, bonita y barata»?

Cuando contratamos un servicio, solemos pedir más de un presupuesto para barajar varias opciones. En algunos casos podríamos recibir una oferta demasiado buena para ser verdad y tendremos la intuición (acertada) de que algo no cuadra y no nos equivocaremos. Por desgracia, contratar un servicio aparentemente tirado de precio puede acabar saliendo y otro profesional tendrá que corregir lo que se ha hecho o rehacerlo por completo. Lo barato sale caro.

Imagine que necesita traducir las fichas de producto de su página web y encuentra por un servicio de traducción que es una ganga. Probablemente, el texto traducido contenga errores que la empresa no se puede permitir, como por ejemplo que las condiciones de pago no se entiendan o que la descripción de un producto no tenga sentido.

3. ¿La traducción automática es una opción viable para las empresas?

Esta es la pregunta del millón y hace unos días en redes sociales vi que alguien planteaba la siguiente cuestión: imagine que tiene que instalar una máquina que se va a usar en su trabajo y dispone de dos manuales de instrucciones (uno traducido por un humano conocedor de la materia y otro traducido por un robot). ¿Cuál de los dos manuales le inspira más confianza? La respuesta parece bastante clara si nos detenemos un momento a pensar en la prevención de riesgos laborales 🤔.

Por un lado, la traducción automática puede ser útil por cuestiones de accesibilidad. Por ejemplo, cuando estamos navegando por una página web que no está disponible en nuestro idioma y queremos hacernos una idea de lo que pone. Yo misma he utilizado esta función de Google para leer páginas escritas en alemán o chino y nos ayuda a salir del paso. Es una opción a nuestro alcance y no tenemos por qué rechazarla, faltaría más.

Por otro lado, usar la traducción automática en documentos de uso profesional es arriesgado y es muy poco recomendable, ya se trate de los textos corporativos de una web, fichas de producto, presentaciones para inversores, campañas publicitarias o artículos de blog destinados a nuestros clientes. Los textos son el alma de nuestra empresa y debemos poner el mismo cuidado y mimo en las traducciones que en los textos que se redactaron originalmente en español, inglés o francés.

Uno de los ejemplos más claros de por qué no es buena idea confiar en una máquina para todo es lo que ocurrió con la web oficial de turismo de Santander (más información en este artículo de prensa), donde el Centro Botín en inglés se tradujo como «Loot Center» (centro del saqueo) o el casco histórico como «historic helmet». Estas maravillas léxicas pudieron leerse nada menos que en la feria de FITUR de 2018. Tierra trágame, ¿verdad? 😅

4. ¿Qué información puede proporcionar al contratar un servicio de traducción?

Estas son algunas de las cuestiones que le puede plantear una empresa de traducción:

  • ¿En qué formato envío los documentos? Siempre es preferible entregarlos en un formato editable, como Word, Excel o Power Point. Trabajar directamente en formato PDF es más complicado porque es un formato de impresión, no de edición.
  • ¿Hay que traducir absolutamente todo? Quizás solo necesitemos traducir una parte de un documento o proyecto en vez de todo y, en consecuencia, podremos ahorrarnos dinero.
  • ¿Existe documentación de referencia? Toda documentación que podamos proporcionar sobre la empresa (por ejemplo, datos sobre cómo funciona, traducciones previas, glosarios o presentaciones) puede ayudar mucho durante el proceso de traducción.
  • ¿Con qué finalidad se va a usar el documento traducido? Es pertinente aclarar si va a ser de uso interno o externo y en qué formato se va a imprimir, o bien indicar si se va a publicar en la web o en redes sociales. En este último caso puede ser interesante plantearse si será necesario optar por un servicio de traducción SEO. Los textos optimizados para SEO tienen más opciones de posicionarse de forma gratuita en los primeros resultados de Google.

En conclusión, cuando hace falta traducir documentos corporativos conviene encomendar la tarea a una empresa o persona que ofrezca servicios profesionales de traducción. Como en cualquier otro tipo de colaboración o encargo profesional, la comunicación entre el cliente y el colaborador será clave para que el resultado sea óptimo.